La universidad puede ser muy desafiante en algunos momentos. Un gesto amable, una palabra de aliento o una escucha atenta y comprensiva pueden ser el apoyo que tus compañeros/as necesitan.
En esta sección, encontrarás recursos para orientarte sobre cómo brindar apoyo adecuadamente a quienes te preocupan y cómo cuidar de ti también en el proceso.
En estas breves cápsulas, estudiantes de distintas universidades entregan algunos consejos para cuidar la salud mental.
Entrega tu tiempo y atención para escuchar lo que está viviendo y cómo le afecta.
El mejor apoyo puede ser estar ahí, con quien está pasando un mal momento. El sentirse acompañado/a puede alivianar el peso del sufrimiento.
Pon especial atención en evitar hacer juicios sobre lo que siente, piensa o realizó la persona, esto tiende a ser contraproducente.
Aunque pueda ser desagradable oír que alguien que te importa está angustiado/a, intenta mantener la calma. Esto ayudará a que tu amigo/a también se sienta más tranquilo/a y le demostrará que puede hablar contigo abiertamente.
Puede que quieras saber más detalles sobre la situación, sus pensamientos y sentimientos, o que quieras que busque ayuda inmediatamente. Pero es importante dejar que cada persona marque el ritmo de su búsqueda de ayuda.
Tu punto de vista puede ser útil para tu amigo/a, pero no des por sentado que ya sabes qué puede haber causado sus sentimientos o qué le ayudará.
Parte del apoyo emocional que ofrezcas podría consistir en mantener las cosas lo más normales posible. Esto podría incluir la participación de tu amigo/a en eventos sociales y mantener las conversaciones rutinarias.
Dar espacio para hablar y escuchar activamente cómo se siente puede ser de gran ayuda. Si le resulta difícil hablar en un momento particular, hazle saber que puede contar contigo cuando esté preparada/o.
Cuando alguien comparte sus problemas, a menudo el mejor apoyo proviene de mostrar preocupación y estar presente de manera afectuosa. Puedes expresar tu apoyo con frases como: “Siento que estés pasando por eso” o “Estoy aquí si necesitas algo”
A nadie le gusta sentirse juzgado/a. Es posible que alguien que se enfrenta a una situación difícil como consecuencia de sus acciones ya se haya juzgado a sí mismo/a. Evita hacer preguntas tipo “¿Qué hiciste para evitar que tal situación ocurriera?”.
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