Inseguridad

¿Alguna vez te has preguntado qué es realmente la inseguridad? Ese sentimiento que nos hace sentir inadecuados/as, como si no fuéramos lo suficientemente buenos o buenas en una o más áreas importantes de nuestra vida. Generalmente se relaciona con posibles eventos futuros, cosas que podrían o no ocurrir, como en las preocupaciones y en la ansiedad. Aquí te queremos entregar información valiosa que te ayude a entender la inseguridad y realizar acciones que te ayuden a gestionarla.

La inseguridad puede tener orígenes muy diversos, por ejemplo, podemos sentirnos inseguros/as frente a “pruebas” que desafían nuestros conocimientos y destrezas, como la universidad o el trabajo. También puede que nos sintamos inseguros/as cuando una situación es poco controlable o nos genera una gran emoción. Estos ejemplos nos conducen a una primera pregunta que puede ayudarnos a gestionar la inseguridad ¿Qué experiencia me está generando inseguridad?

Las áreas de inseguridad potencial son casi ilimitadas. Además, a menudo la inseguridad se traslada de un ámbito de la vida a otro. Sin embargo, hay algunos tipos de inseguridad que pueden ser más frecuentes en la universidad.

La Inseguridad académica está relacionada con las capacidades personales para rendir en un determinado curso o carrera. Puede ser una experiencia constante u oscilante dentro de la vida académica. Es esperable cierto grado de inseguridad, que sirva como motor para dedicar más tiempo y preparación a los asuntos que resultan más complejos.

La Inseguridad en las relaciones interpersonales puede estar relacionada con el apego y su reactivación en las relaciones afectivas. De acuerdo con ciertas experiencias tempranas de vida, tendremos más o menos disposición a sentirnos inseguros/as. Por lo tanto, es importante reconocerse para poder conducir adecuadamente este sentimiento.

La inseguridad en la elección de carrera puede ser común en la trayectoria universitaria, y se puede dar en cualquier momento de esta, puede ser constante o más bien ocasional y reactiva a situaciones particulares. Es importante darle espacio a esta inseguridad, sin tomar decisiones apresuradas, y conversar con profesores/as, tutores/as o familiares que te puedan orientar a tomar buenas decisiones al respecto

La inseguridad al salir al mundo laboral es también común. El proceso formativo de la universidad nos entrega competencias esenciales para ejercer como profesionales, aunque a veces podamos sentir que estas no son suficiente. Generalmente hay dos posibles explicaciones sobre esto, la primera es que ciertamente existe mucho más por aprender y es ideal ver en el contexto laboral y la formación continua una oportunidad para ello. Nadie llegó sabiendo todo a su primer (o sucesivos) trabajos.

La segunda es más identitaria y relacionada con la zona de confort, si aún nos es difícil pensarnos como profesionales, capaces de ejercer tareas significativas para un grupo de la sociedad, y nos seguimos pensando como aprendices, se puede desplegar cierta inseguridad. Esta transición requiere una fuerte motivación y valentía, que nos permita dar un paso a la acción y asumir este cambio en la vida. Puede que sea útil conversar con tus profesores/as o compañeros/as que ya han tenido experiencias laborales, sus aprendizajes te ayudarán a construir confianza.

La inseguridad ocasional es una parte natural de la vida. Sin embargo, para los sentimientos de inseguridad más profundos y duraderos, un profesional de salud puede ayudarte a ordenar tus emociones y desarrollar estrategias para la vida cotidiana.

Para afrontar la inseguridad, hay un par de consejos útiles que conviene tener en cuenta.

• El locus de control

El “Locus de Control” es la creencia que tenemos sobre dónde radica el control en mi vida. Puede ser interno, cuando alguien cree que tiene el control sobre sus acciones y resultados, o externo, cuando piensa que factores externos como la suerte o el destino tienen más influencia.

Es importante destacar que el locus de control no es una característica rígida de la personalidad, sino que puede variar según la situación y el aspecto de la vida en cuestión. Además, no es necesariamente “bueno” o “malo” tener un locus de control interno o externo, ya que ambos pueden ser apropiados en diferentes contextos. Sin embargo, si creemos que el control está “ahí afuera” es probable que nos sintamos algo más inseguros. Generalmente en una situación habrán algunos aspectos que podemos controlar y otros que no. Enfocarse en aquellos que podemos controlar, así como entender que hay otros que escapan de nuestro control, nos entregará una sensación de mayor control y seguridad.

• Los vínculos sociales son muy importantes

El apoyo social puede ayudar a disminuir el miedo y la ansiedad que devienen de la inseguridad. Unas redes sociales amplias y significativas -amistades, relaciones con compañeros de la U, familia, etc.-  pueden ser nuestro principal soporte.

Poder expresar aquello que te causa inseguridad en un entorno de confianza, nos puede ayudar a poner en perspectiva las situaciones, evaluarlas en su justo mérito y no sobrerreaccionar. Muchas veces cuando “rumiamos” las inseguridades, se activan pensamientos automáticos y repetitivos que nos dificultan movernos hacia la confianza.

• Orientarse a la tarea

Algunas veces la inseguridad tiene relación directa con un hecho o evento futuro: una prueba, una cita, un trabajo o la práctica profesional. Respirar profundo y aprovechar la energía que deviene de la inseguridad, orientándola hacia la tarea, puede ser una de las mejores formas de gestionarla. Podríamos, por ejemplo, preparar minuciosamente las actividades académicas y ensayarlas. Esto nos dará más confianza. Así también para encuentros sociales, podemos hacer alguna práctica de relajación previa que nos ayude a regular la respiración, pulsaciones y, en general, nuestro nivel de actividad, lo que nos permitirá estar en un estado más relajado y tranquilo, desde el cual podemos construir confianza.

• Encuentra apoyo 

Siempre habrá alguien disponible y con la intención de apoyar. Habla con amigos, familiares, personas de confianza o un profesional sobre cómo te sientes. Compartir tus inseguridades en un entorno seguro puede ser un gran alivio y te permitirá obtener diferentes perspectivas. Si te sientes sobrepasado/a o te es difícil realizar actividades cotidianas, lo más seguro es recurrir a un/a profesional de salud mental para recibir apoyo y contención.

Los profesionales de salud mental pueden ayudarnos a gestionar y superar una amplia variedad de malestares, incluida la inseguridad.

En tu universidad puedes encontrar actividades sociales, cursos y taller extraprogramáticos en muchos temas, puedes consultar en tu Dirección de Asuntos Estudiantiles que actividades ofrecen. Realizar otras actividades, complementarias a las académicas, te ayudará a conectar con emociones agradables y, con paciencia, a construir confianza en tus capacidades dirigidas a tus intereses.

También puedes revisar los contenidos respecto a preocupaciones  y estrategias para cuidar mi salud mental, en los cuales hay recursos que pueden resultar útiles.

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Web consultadas:

https://www.headtohealth.gov.au/